La verdadera pregunta es si Don Óscar es el perro o el dueño. Porque un noble perro como el de esta corbata merecería llamarse Óscar, o tal vez su dueño le puso su mismo nombre, ¿cómo saberlo? No importa, a cada perro su hueso y a cada amo su pan, y a ti, tu corbata de cada día.